News Release

Los comprimidos vaginales de estrógeno pueden ser seguros para las mujeres posmenopáusicas que han sufrido un ataque o derrame cerebral

El tratamiento no se relacionó con más ataques o derrames cerebrales en mujeres posmenopáusicas, según un nuevo estudio publicado en la revista médica Stroke

Peer-Reviewed Publication

American Heart Association

Puntos destacados de la investigación:

  • El tratamiento de sustitución hormonal mediante comprimidos vaginales de estrógeno no se asoció a un aumento del riesgo de accidentes cerebrovasculares isquémicos en mujeres posmenopáusicas que ya habían sufrido un ataque o derrame cerebral, según un análisis de datos de un registro de salud de Dinamarca.
  • Este es uno de los primeros estudios en el que se analiza el riesgo de recurrencia de ataques o derrames cerebrales en mujeres posmenopáusicas que utilizan estrógenos por vía vaginal.

Prohibida su divulgación hasta las 4:00 a. m. CT/5:00 a. m. ET, jueves 21 de agosto del 2025

DALLAS, 21 de agosto del 2025 — En un registro danés, el uso de comprimidos vaginales de estrógeno no se asoció a un aumento del riesgo de recurrencia de accidentes cerebrovasculares isquémicos (sitio web en inglés) entre las mujeres posmenopáusicas, según una investigación publicada hoy en la revista médica científica Stroke, revisada por expertos de la American Stroke Association, una división de la American Heart Association.

A diferencia del estrógeno oral o las formulaciones transdérmicas, como cremas y parches, a las mujeres de este estudio basado en registros habían recibido se les recetaron comprimidos de estrógeno diseñados para el uso vaginal. Estos comprimidos se disuelven de manera local y el estrógeno se absorbe a través de la mucosa vaginal para ayudar a tratar síntomas comunes de la menopausia, como la sequedad vaginal y las molestias durante las relaciones sexuales. En mujeres sanas, este leve aumento del estrógeno en el torrente sanguíneo debido a los comprimidos vaginales no parece causar problemas. Sin embargo, anteriormente se desconocía si los comprimidos vaginales de estrógeno representaban un riesgo para las mujeres con antecedentes de ataque o derrame cerebral, un grupo que se considera más vulnerable a los ataques o derrames cerebrales recurrentes.

“Se sabe que el tratamiento de sustitución hormonal sistémico, como los comprimidos orales de estrógeno, puede aumentar el riesgo de sufrir un ataque o derrame cerebral después de la menopausia. Aunque, en otros estudios, no se ha detectado un aumento del riesgo de ataques o derrames cerebrales asociados al uso de estrógenos vaginales en mujeres posmenopáusicas sanas, no hay datos sobre si los comprimidos vaginales de estrógeno representan un mayor riesgo para las mujeres que ya sufrieron un ataque o derrame cerebral”, afirmó la autora principal del estudio, Kimia Ghias Haddadan, M.D., afiliada al Departamento de Cardiología del Copenhagen University Hospital – Herlev and Gentofte en Copenhague, Dinamarca.    

En este estudio, se examinaron los datos de recetas médicas de más de 34,000 mujeres posmenopáusicas, de 45 años o más, que habían sufrido un primer accidente cerebrovascular isquémico según un registro nacional de Dinamarca. Se excluyó a las mujeres que habían utilizado estrógenos vaginales antes de su primer ataque o derrame cerebral. Durante los 10 años que duró el estudio, los investigadores compararon las tasas de recurrencia de los ataques o derrames cerebrales en mujeres que utilizaban comprimidos vaginales de estrógenos con las tasas de mujeres que no utilizaban el tratamiento vaginal. 

El análisis reveló lo siguiente:

  • El uso de comprimidos vaginales de estrógeno no se asoció a un aumento del riesgo de sufrir un segundo ataque o derrame cerebral en mujeres posmenopáusicas que ya habían sufrido uno anteriormente.
  • En comparación con los casos en los que no se usaron comprimidos vaginales de estrógeno, no hubo una asociación significativa entre el uso actual, reciente o anterior de los comprimidos vaginales de estrógeno y un segundo ataque o derrame cerebral.
  • Asimismo, no se detectó un aumento del riesgo de sufrir un segundo ataque o derrame cerebral con el uso actual de dosis altas ni con el uso actual de dosis bajas.
  • Incluso las mujeres con un uso acumulado más alto de comprimidos vaginales de estrógeno no presentaron un mayor riesgo de sufrir un segundo ataque o derrame cerebral en comparación con las mujeres que no los usaban.

“Nos sentimos cautelosamente esperanzados con los hallazgos, y fue tranquilizador descubrir que el uso de estrógenos vaginales no aumentaba el riesgo de recurrencia de ataques o derrames cerebrales en esta población de alto riesgo”, afirmó Haddadan. “En estudios realizados en Estados Unidos, como la Women’s Health Initiative (Iniciativa para la Salud de la Mujer) y el Nurses’ Health Study (Estudio de Salud de las Enfermeras), no se ha observado un aumento del riesgo de ataques o derrames cerebrales con el uso de estrógenos vaginales en mujeres sanas. Nuestro estudio extiende esta tranquilidad a las mujeres con antecedentes de ataques o derrames cerebrales.

Es importante señalar que estos hallazgos indican que es probable que el estrógeno por vía vaginal sea seguro para este grupo de mujeres de alto riesgo que ya han sufrido un ataque o derrame cerebral; sin embargo, no implican que el estrógeno vaginal prevenga los ataques o derrames cerebrales”, señaló.

Haddadan mencionó que los hallazgos deberían ser aplicables a las mujeres posmenopáusicas en los EE. UU. y otros países, especialmente donde se utilizan productos vaginales de estrógeno similares. Entre los aspectos positivos del estudio, se incluyen su diseño a gran escala y a nivel nacional, que proporcionó una perspectiva integral de los resultados clínicos reales en una población de alto riesgo. Mediante el uso de registros daneses, los investigadores pudieron realizar un seguimiento preciso de los diagnósticos de ataques o derrames cerebrales, las recetas médicas y la información demográfica y de salud relevante de toda la población.

“Como epidemióloga, considero que este estudio es una valiosa contribución, ya que se centra en una población que, a menudo, queda excluida de la investigación sobre el tratamiento hormonal: las mujeres de mediana edad que sufrieron un ataque o derrame cerebral. Además, se examinan los comprimidos vaginales, cuya vía de administración está en aumento. Si bien el estudio no encontró una asociación estadísticamente significativa con la recurrencia de ataques o derrames cerebrales, los hallazgos deben interpretarse con cautela. Los datos del mundo real no pueden explicar todos los factores clínicos y conductuales, y los registros de recetas surtidas no confirman si el medicamento se utilizó realmente. Aun así, estudios como este nos permiten explorar aspectos importantes que, a menudo, no es posible abordar en ensayos clínicos”, señaló Samar R. El Khoudary, Ph.D., M.P.H., FAHA, presidenta de la Declaración del 2020 de la American Heart Association sobre la transición a la menopausia y el riesgo de enfermedades cardiovasculares: implicaciones para el momento de la prevención temprana (sitio web en inglés). El Khoudary, quien no participó en este estudio, es profesora del Departamento de Epidemiología de la University of Pittsburgh School of Public Health.

El estudio tiene varias limitaciones. Las mujeres que utilizaron estrógenos vaginales podrían haber gozado de una mejor salud en general, lo que podría afectar los resultados. Sin embargo, los investigadores ajustaron los datos para tener en cuenta una variedad de factores demográficos y de salud, como los medicamentos, las afecciones médicas, los ingresos y el nivel educativo, con el fin de reducir el impacto de este problema. El uso de estrógenos se determinó a partir de los registros de recetas médicas, en los que se indica que el medicamento se dispensó, pero no necesariamente que se tomó según lo prescrito; por lo tanto, no se puede confirmar el uso real ni el cumplimiento del tratamiento. Además, el estudio se centró únicamente en una forma de tratamiento: los comprimidos vaginales de estrógeno, ya que es el modo de tratamiento más común en Dinamarca. Es posible que los hallazgos no se apliquen a otras formulaciones de estrógeno, como cremas vaginales, parches o anillos. El costo tampoco se considera un problema, ya que Dinamarca proporciona cuidados de salud gratuitos y universales a todos los ciudadanos.

Detalles, antecedentes y diseño del estudio:

  • En un estudio nacional, en el que se utilizaron registros médicos, se identificó a 56,642 mujeres que sufrieron un ataque o derrame cerebral entre el 1 de enero del 2008 y el 31 de diciembre del 2017.
  • En este análisis, se incluyó a un total de 34,274 mujeres de 45 años o más (edad media de 75 años), mientras que se excluyó a 22,368 mujeres por diversos motivos. Las exclusiones incluyeron a mujeres menores de 45 años, las que tenían antecedentes de uso de estrógenos vaginales y las que habían recibido tratamiento hormonal sistémico en el año anterior a su primer ataque o derrame cerebral.
  • Se comparó a 3,353 mujeres que sufrieron un segundo ataque o derrame cerebral con la misma cantidad de mujeres que no lo sufrieron.
  • A partir de los datos de las recetas médicas, los investigadores evaluaron si las mujeres habían utilizado comprimidos vaginales de estrógenos y clasificaron su uso como actual (en los 3 meses anteriores), reciente (entre 3 y 24 meses antes) o anterior (más de 24 meses antes del estudio).
  • Para evaluar si el uso de estrógenos vaginales estaba relacionado con el riesgo de sufrir un segundo ataque o derrame cerebral en mujeres posmenopáusicas, los investigadores compararon a cada mujer que sufrió un segundo ataque o derrame cerebral (grupo de casos) con una mujer de la misma edad que no lo sufrió (grupo de control).
  • En el estudio, no se incluyeron datos sobre la raza, ya que en Dinamarca no se recopila esa información sobre los pacientes.

“Esperamos que nuestros hallazgos tranquilicen a los profesionales de la salud que atienden a mujeres posmenopáusicas con antecedentes de ataques o derrames cerebrales. Según el estudio, para estas mujeres, especialmente las que presentan síntomas preocupantes de la menopausia, este tipo de tratamiento puede ser una opción segura. Podría mejorar su calidad de vida sin aumentar el riesgo de sufrir otro ataque o derrame cerebral”, concluyó Haddadan.

Los coautores, las divulgaciones y las fuentes de financiamiento se indican en el manuscrito.

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 Recursos adicionales:

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Acerca de la American Stroke Association

La American Stroke Association se dedica a salvar a las personas del ataque o derrame cerebral, la segunda causa de muerte en el mundo y una de las principales causas de discapacidades graves. Colaboramos con millones de voluntarios para financiar investigaciones innovadoras, luchar por mejores políticas de salud pública y proporcionar herramientas e información que salvan vidas para evitar y tratar el ataque o derrame cerebral. La Asociación, con sede en Dallas, se fundó oficialmente en 1998 como una división de la American Heart Association. Para obtener más información o sumarte a nuestra misión, llama al 1-888-4STROKE o visita derramecerebral.org. Síguenos en Facebook y X.


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