Cuando el "Gran Eclipse Americano" de abril de 2024 sumió el mediodía en una cuasi noche, los ritmos diarios y los comportamientos vocales de muchas especies de aves cambiaron drásticamente; algunas permanecieron en silencio, otras irrumpieron en cantos y muchas estallaron en un "falso coro del amanecer" tras el regreso del sol, cantando como si hubiera comenzado un nuevo día. En un nuevo estudio, que fusiona la ciencia ciudadana, el aprendizaje automático y un experimento natural a escala continental, los investigadores revelan los efectos inmediatos de la interrupción de la luz en el comportamiento de las aves. Los ritmos diarios y estacionales de las aves están estrechamente regidos por los cambios entre la luz y la oscuridad. Pero ¿qué ocurre cuando esos ciclos se interrumpen de repente, como durante un eclipse solar total? Aunque estudios anteriores han tratado de comprender los efectos de los eclipses solares en el comportamiento animal, la mayoría solo han ofrecido atisbos dispersos o anecdóticos sobre cómo responden los animales. Liz Aguilar y sus colaboradores vieron en el eclipse total de abril de 2024, que produjo casi 4 minutos de oscuridad diurna en una amplia franja del centro y el este de Estados Unidos, una rara oportunidad para investigar que proporcionaba un experimento natural sin precedentes sobre cómo reaccionan las aves a los cambios bruscos de luz.
En previsión del eclipse total de abril de 2024, que había de llevar casi 4 minutos de oscuridad diurna sobre una amplia franja del centro , Aguilar y su equipo crearon SolarBird, una aplicación para teléfonos inteligentes que permitía a los usuarios registrar en tiempo real el comportamiento de las aves durante el eclipse. Su uso por parte de científicos ciudadanos generó casi 10.000 observaciones que abarcaron 5.000 kilómetros de la trayectoria del eclipse. Al mismo tiempo, Aguilar y sus colaboradores desplegaron unidades de grabación autónomas en lugares del sur de Indiana que captaron alrededor de 100.000 vocalizaciones de aves antes, durante y después de la oscuridad total. Estas grabaciones se analizaron con BirdNET, un sistema de inteligencia artificial capaz de identificar las llamadas de las especies y cuantificar la actividad vocal. De acuerdo con los resultados, de las 52 especies detectadas, 29 mostraron cambios significativos en su comportamiento vocal en algún momento del evento, aunque el eclipse no afectó a todas las especies por igual. En los minutos previos a la oscuridad, 11 especies cantaron más de lo habitual mientras el cielo se oscurecía. Durante los cuatro minutos de oscuridad, 12 especies respondieron y algunas callaron, mientras que otras se volvieron más activas. Las reacciones más fuertes se produjeron tras el regreso del sol, cuando 19 especies cambiaron sus cantos en lo que parecía un coro de falso amanecer. Los búhos barrados llamaron cuatro veces más a menudo de lo habitual, mientras que los petirrojos –muy conocidos por sus cantos antes del amanecer– cantaron a un ritmo seis veces superior al habitual. Según Aguilar y su equipo, estos patrones sugieren que el eclipse reinició temporalmente los relojes biológicos de algunas aves, llevndolas a comportarse como si acabara de empezar un nuevo día.
Para los periodistas interesados en tendencias, un Artículo de investigación en Science de agosto de 2025 muestra cómo la contaminación lumínica ha afectado al comportamiento vocal de las aves. Según las conclusiones de Brent Pease y su equipo, las aves solían vocalizar durante casi una hora más en presencia de contaminación lumínica, sobre todo las especies de ojos grandes, nidos abiertos, hábitos migratorios y grandes áreas de distribución, así como durante la época de cría.
Journal
Science
Article Title
The importance of light for bird behavior, as revealed by community science and the 2024 eclipse
Article Publication Date
9-Oct-2025