News Release

Las señales visuales y los músculos de cabeceo de las alas permiten el comportamiento de «adrizamiento» de las libélulas durante el vuelo

Peer-Reviewed Publication

American Association for the Advancement of Science (AAAS)

El ágil reflejo de adrizamiento de las libélulas es un proceso complejo en el que intervienen señales de su sistema visual junto con el control muscular dinámico de la inclinación de las alas, según un nuevo estudio, que ofrece información sobre los mecanismos neurológicos y físicos que permiten las hábiles acrobacias aéreas de este insecto. El novedoso enfoque del estudio podría utilizarse para evaluar la mecánica de vuelo natural en todas las especies y sistemas de vuelo robóticos. Las libélulas, uno de los insectos más antiguos, son voladores muy hábiles. Entre su repertorio de complicadas maniobras de vuelo, las libélulas han desarrollado sofisticados reflejos que les permiten enderezarse al caer o tras voltearse durante el vuelo. Las maniobras implican la realización de complejas y rápidas interacciones de movimientos corporales precisos e información sensorial, todo ello obedeciendo las leyes del vuelo. Entender cómo estas criaturas realizan tales hazañas podría arrojar luz sobre la evolución de las estrategias de control de vuelo; sin embargo, la evaluación de la cinemática de vuelo dinámica de los insectos que se mueven rápidamente presenta desafíos únicos. En esta ocasión, Z. Jane Wang y sus colegas presentan una serie de métodos experimentales y computacionales para analizar las maniobras de vuelo y utilizan estas herramientas para describir el reflejo de adrizamiento en las libélulas. En primer lugar, Wang et al. llevaron a cabo una serie de experimentos en los que se soltaron libélulas de una sujeción magnética desde diferentes orientaciones; los autores siguieron sus movimientos mediante un vídeo de alta velocidad. A continuación, utilizando modelos computacionales y simulaciones de vuelo de insectos en 3D basadas en sus observaciones, Wang et al. determinaron que las libélulas utilizan la asimetría del cabeceo de las alas izquierda y derecha para impulsar la recuperación en posición vertical. A continuación, para determinar si estos movimientos de las alas se producen a través de señales sensoriales ascendentes, los autores realizaron experimentos de comportamiento: bloquearon los sistemas visuales de los insectos mientras observaban su capacidad para realizar los movimientos necesarios para dar la vuelta. Según los resultados, la pérdida de información sensorial visual mermó la capacidad del insecto para enderezarse en el aire, lo que implica una conexión entre las señales visuales y los reflejos motores.


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