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Descubrimiento: Bacterias visibles a simple vista que desafían la perspectiva dominante de los límites de tamaño de las células bacterianas

Peer-Reviewed Publication

American Association for the Advancement of Science (AAAS)

En las hojas sumergidas en las aguas de un manglar caribeño, los investigadores han descubierto una bacteria que desafía la opinión prevalente sobre el tamaño de las células bacterianas: en contra de la idea de que los microbios solo son visibles con un microscopio, este, llamado Thiomargarita magnifica, es unas 50 veces mayor que todas las demás bacterias gigantes conocidas y se puede ver a simple vista, aseguran los autores del estudio. Posee además una estructura muy completa, lo que desafía aún más los conceptos tradicionales de células bacterianas. “Este descubrimiento se añade al grupo de las grandes bacterias de azufre y ayuda a resolver el enigma sobre qué factores limitan el tamaño de la célula”, escribe Petra Anne Levin en una publicación relacionada. Se suele pensar en las bacterias como células microscópicas sencillas con ADN flotando libremente en su citoplasma. Sin embargo, con frecuencia muestran como grupo una sorprendente diversidad. En este estudio, Jean-Marie Volland et al. añaden a esta diversidad el descubrimiento y la caracterización de una bacteria oxidante del azufre que puede crecer por encima de los límites teóricos del tamaño de las células bacterianas, con una compleja organización de la membrana que probablemente le permitió crecer hasta ese tamaño, sorteando las típicas limitaciones biofísicas y bioenergéticas. 

 

El organismo se descubrió por primera vez en forma de finos filamentos blancos en la superficie de las hojas en descomposición en los manglares tropicales poco profundos de Guadalupe, en las Antillas Menores. Utilizando una variedad de técnicas, Volland y sus colegas se propusieron caracterizarla. Aunque las bacterias normalmente son visibles solamente con un microscópico compuesto capaz de lograr entre 100 y 1000 aumentos, esta, que alcanza 1 centímetro de longitud, es visible sin microscopio.Y en vez de tener su ADN flotando libremente dentro de la célula como ocurre en otras bacterias, el ADN está compartimentalizado dentro de estructuras unidas a la membrana, una innovación característica de células más complejas. Estos compartimentos unidos a la membrana están metabólicamente activos, según muestran los análisis de los autores, y la actividad se produce en toda la longitud de la célula bacteriana, y no solo en su extremo de crecimiento. Es posible que esta organización espacial única y el sistema de membrana bioenergética, que indican una ganancia de complejidad en el linaje de la Thiomargarita, hayan permitido a la T. magnifica superar las limitaciones relacionadas con el tamaño y el volumen típicamente asociadas a las bacterias. Por qué estos organismos necesitan ser tan grandes es una incógnita abierta, dice Levin en la publicación relacionada, en donde también sugiere que es improbable que la T. magnifica represente el límite superior de tamaño de las células bacterianas. “[…] las bacterias están siempre adaptándose y no dejan de sorprendernos, por lo que no deben ser subestimadas”, comenta Levin. Los autores concluyen: “El descubrimiento […] sugiere que puede haber ocultas a simple vista bacterias más grandes y más complejas”. 


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