La llegada del gato doméstico a Europa puede haber sido mucho más reciente de lo que se pensaba, puesto que llegó hace unos 2000 años y no a causa de la expansión paleolítica de los agricultores de Oriente Próximo. Los hallazgos aportan nuevos conocimientos sobre uno de los compañeros animales más enigmáticos de la humanidad e identifican el norte de África como la cuna del gato doméstico moderno. El gato doméstico tiene una historia larga y compleja, aunque incierta. Los estudios genéticos demuestran que todos los gatos modernos descienden del gato montés africano, cuyo hábitat actual se encuentra en el norte de África y Oriente Próximo. Sin embargo, la escasez de restos arqueológicos y la dificultad de distinguir los felinos domésticos de los salvajes basándose únicamente en los huesos han dejado importantes lagunas en nuestra comprensión del origen y la propagación de los primeros gatos domésticos. Un enterramiento conjunto humano-gato arededor del 7500 a.C. en Chipre sugiere una domesticación temprana en la región de Levante, mientras que el arte egipcio posterior y los enterramientos de animales apuntan a un posible origen más tardío en el Egipto faraónico. Estudios genéticos recientes de ADN antiguo apuntan a que los gatos pueden haberse dispersado desde la Turquía actual hacia Europa acompañando a los agricultores neolíticos, lo que refuerza la idea de que la domesticación de los gatos comenzó en el Levante durante el auge de la agricultura hace uno 6.000 años. Sin embargo, sigue sin estar claro si estos animales eran en realidad gatos domesticados o un linaje distinto de gatos salvajes.
Para ayudar a resolver algunos de estos misterios, Marco de Martino y sus colaboradores realizaron análisis paleogenómicos de 87 genomas de gatos antiguos y modernos. De Martino y su equipo generaron 70 genomas de baja cobertura a partir de especímenes arqueológicos que abarcan más de 10.000 años (entre el 9000 a.C. y el siglo XIX de nuestra era) y 17 genomas de mayor cobertura a partir de gatos monteses modernos y de museo procedentes de Europa, norte de África y Anatolia. Contradiciendo estudios anteriores, los autores descubrieron que lo más probable es que los gatos domésticos se originaran a partir de gatos monteses del norte de África, y no del Levante, y que los verdaderos gatos domésticos no aparecieron en Europa y el suroeste de Asia hasta varios miles de años después del Neolítico. Los gatos más antiguos de Europa y Turquía eran genéticamente gatos salvajes europeos y reflejan más una hibridación antigua que una domesticación temprana. Tras su introducción, los gatos domésticos norteafricanos se extendieron rápidamente por toda Europa, con frecuencia siguiendo las rutas militares romanas, y alcanzaron Gran Bretaña en el siglo I de nuestra era. Por otra parte, de Martino y sus colaboradores demuestran que los gatos monteses sardos –tanto antiguos como modernos– están más emparentados con los gatos monteses norteafricanos que con los gatos domésticos, lo que indica que los humanos llevaron gatos monteses a islas donde no se encontraban de forma natural y que no son descendientes de una población asilvestrada de los primeros gatos domésticos. "El estudio de de Martino y su equipo forma parte de un proyecto en curso, el Proyecto Félix, que también pretende abordar otras cuestiones pendientes sobre la domesticación de los gatos", escribe Jonathan Losos en un artículo de Perspective relacionado. Manteniéndose siempre como esfinges, los gatos entregan sus secretos a regañadientes".
Journal
Science
Article Title
The dispersal of domestic cats from North Africa to Europe around 2,000 years ago
Article Publication Date
27-Nov-2025