3-Jul-2024
Las imágenes de pacientes con COVID prolongado revelan que el ARN viral y las células T activadas persisten durante años
American Association for the Advancement of Science (AAAS)
Los pacientes con síntomas de COVID prolongado pueden mostrar signos de activación anómala de células inmunitarias en múltiples órganos y tejidos, así como restos de ARN del SARS-CoV-2 en el intestino, hasta dos años después de la infección según un estudio en el que participaron 24 personas que se sometieron a imágenes PET de todo el cuerpo. El análisis da las primeras respuestas a preguntas de larga data sobre la base del COVID prolongado, que aún no tiene casi ningún tratamiento más de cuatro años después de que comenzara la pandemia. El COVID prolongado se refiere a un grupo variado de síntomas que pueden persistir en personas que se han recuperado del COVID-19 y que van desde problemas neurológicos y "niebla mental" hasta enfermedades cardíacas. Un estudio estimó que hasta 18 millones de personas podrían estar viviendo con este trastorno en EE.UU. A pesar de esta carga generalizada, no existen verdaderos tratamientos y la naturaleza del COVID prolongado sigue siendo un misterio. Pese a este contexto, Michael Peluso y sus colegas teorizaron que podrían investigar las raíces biológicas del COVID prolongado utilizando imágenes PET. Realizaron escáneres PET de cuerpo completo en una cohorte bien caracterizada de 24 pacientes recuperados de COVID-19 en un rango de 27 a 910 días tras la infección inicial. Un trazador de imágenes reveló que, en comparación con los controles prepandémicos, los pacientes recuperados mostraron signos fuertes de activación de células T en el tronco encefálico, la médula espinal, los tejidos cardíacos y pulmonares, y muchos otros puntos del cuerpo. Además, esta activación de células T se correlacionó con los síntomas de COVID prolongado; por ejemplo, las personas que informaron de problemas pulmonares persistentes mostraron signos más fuertes de activación inmunitaria en los pulmones. Peluso et al. también examinaron muestras de tejido colorrectal de 5 personas con síntomas de COVID prolongado y observaron ARN residual del SARS-CoV-2 dentro de las células intestinales, lo que sugiere que el ARN viral puede persistir en el intestino durante casi dos años. "En general, estas observaciones desafían el paradigma de que el COVID-19 es una infección aguda transitoria, basándose en observaciones recientes en sangre", concluye el equipo.
- Journal
- Science Translational Medicine