Hace décadas, un grupo de arqueólogos encontró una sustancia pegajosa en una vasija de cobre en un antiguo santuario griego. Hasta hace poco, la identidad de los residuos seguía siendo un misterio: ¿se trataba de una mezcla de grasas, aceites y cera de abeja, o de otra cosa? Investigadores que publican artículos en la revista Journal of the American Chemical Society han vuelto a analizar muestras de los residuos utilizando técnicas analíticas modernas y han determinado que probablemente sean restos de miel antigua, una conclusión que los análisis anteriores rechazaban.