Un estudio internacional con la participación de la Universidad de Barcelona ha encontrado nuevas pruebas que vinculan las experiencias traumáticas y los acontecimientos estresantes con la endometriosis, una enfermedad inflamatoria sistémica crónica caracterizada por la presencia de tejido similar al endometrio fuera del útero. En concreto, las evidencias muestran que esta dolencia parece estar estrechamente vinculada al trauma por contacto, es decir, aquellos casos en que existe una interacción física directa entre la víctima y el abusador, como por ejemplo en maltratos físicos o agresiones sexuales. Además, a través de análisis genéticos, se ha descubierto que esta relación sería independiente de la predisposición genética a padecer endometriosis. Estos resultados, publicados en la revista JAMA Psychiatry, podrían ser de ayuda para tener en cuenta en la detección de la endometriosis, que afecta a 190 millones de mujeres en edad reproductiva en todo el mundo.